Control de esfínteres en niños: Guía completa para padres
La etapa del control de esfínteres es un proceso clave en el desarrollo de los niños, y como padres, es normal tener muchas dudas y preguntas cuando se acerca el momento de “decir adiós al pañal”. ¿Quieres buscar orientación? En nuestro Centro de Educación Infantil Las Torres de Montecanal llevamos toda la vida ayudando a niños y padres en este proceso. En este artículo, te explicamos los aspectos clave del control de esfínteres en niños y consejos prácticos para abordar este proceso de manera efectiva.
¿Cuándo comienza el proceso de control de esfínteres?
Lo primero que debe tenerse en cuenta cuando hablamos del control de esfínteres es que se trata de un proceso gradual que varía de un niño a otro. Algunos niños pueden mostrar señales de preparación entre los 18 meses y los 2 años, mientras que otros pueden tardar un poco más. Por lo tanto, es fundamental observar las señales de madurez y respetar el ritmo único de cada niño.
Sabemos que muchos padres tienen la presión de quitar el pañal cuando se acerca el momento de que sus pequeños empiecen el segundo ciclo de Educación Infantil, es decir, “el cole”. Sin embargo, los profesores de la etapa de 2 a 3 años son los que te ayudarán a saber si tu hijo está ya preparado. ¿Cómo lo sabemos? Con diferentes señales que nos indican que el niño está listo para el control de esfínteres:
- Interés en el baño. Una forma de detectarlo es si el pequeño empieza a mostrar curiosidad por el inodoro o el proceso de ir al baño. Esto es una señal positiva de que está listo para aprender.
- Pañales secos por períodos más largos. Hay que fijarse en la duración del pañal. Es decir, cuando el niño puede mantener el pañal seco durante períodos más extensos, indica una mayor capacidad de control.
- Expresión de incomodidad con el pañal sucio. Conforme se hacen mayores, se mueven más, son más ágiles… Y es habitual que cuando llegan al año y medio y dos años muestren incomodidad cuando el pañal está mojado o sucio. Esto sugiere conciencia y un deseo de estar limpio; señal de que empieza a estar preparado.
- Habilidad para comunicar necesidades. Otros niños son capaces de expresar verbalmente -o de otras formas- cuando necesita ir al baño. Esto es un buen indicador de su capacidad para participar en el proceso de control de esfínteres.
- Se fijan en los demás compañeros y muestran interés. Una de las ventajas de los niños que asisten al Centro de Educación Infantil es que se fijan e imitan a otros compañeros. En esta etapa de su vida, haber nacido en enero o diciembre determina el estar más o menos preparado para un proceso como este. Sin embargo, ver a los que ya lo hacen y fijarse en cómo lo hacen, es muchas veces más efectivo que un adulto explicándole cómo usar el inodoro.
Preparando el entorno para el control de esfínteres
Debes tener claro que es necesario crear un entorno propicio si quieres tener éxito del control de esfínteres. Los niños no necesitan el orinal más caro, ni tampoco podemos decir que sea mejor usar el orinal que el reductor. Simplemente, hay que adaptar el inodoro y probar la forma que más llame la atención al pequeño para facilitarle esta transición.
En cualquier caso, es fundamental que lleve siempre ropa fácil de quitar. Va a empezar a trabajar en su autonomía, así que opta por ropa con goma elástica en la cintura, vestidos que pueda levantar y evita botones o cuerdas para que tu hijo pueda quitar fácilmente todo tipo de prendas. Esto fomenta la independencia cuando llega el momento de usar el baño.
La clave también está en establecer una rutina regular para las pausas en el baño, lo que ayuda a prevenir accidentes. En las aulas hacemos paradas cada X tiempo para que los peques intenten hacer pis, aunque digan que no tienen ganas en ese momento. A los que llevan pañal se les cambia, los que ya van solitos al inodoro lo hacen, y unos y otros se miran y observan y generan curiosidad por ser autónomos.
Desafíos habituales en el proceso de control de esfínteres
Del mismo modo que hemos explicado al principio que cada niño estará preparado en un momento diferente, también hay que tener en cuenta que para algunos niños es más fácil que para otros. Y es que algunos niños pueden resistirse al cambio, por lo que en esos casos los adultos deben siempre mantener la calma y ofrecer apoyo emocional al pequeño.
Los padres deben estar preparados para los “accidentes”, porque va a ser lo habitual en las siguientes semanas de empezar con el control de esfínteres. Nunca hay que regañar al niño, sino que hay que enfocarse en elogiar los esfuerzos. También te recomendamos, que te asegures de que tu hijo tenga una dieta equilibrada y rica en fibra para prevenir problemas de estreñimiento.
Otro desafío al que algunos padres se enfrentan es al de los celos. Muchos niños de entre 2 y 3 años que ya han aprendido a ir solitos al baño, parece que “pierden” ese control de esfínteres cuando llega un nuevo bebé a la familia. Así que sin tu hijo ya ha dejado el pañal, pero tiene un hermanito bebé, es probable que sientas que “te toma el pelo”. Sigue los mismos pasos que cuando empezaste: elogia sus esfuerzos, establece rutinas, ropa cómoda y dale mucho amor.
Consejos para el entrenamiento nocturno y en el baño
El control de esfínteres por el día es generalmente diferente al nocturno. Es normal que algunos niños necesiten pañales durante la noche, incluso después de estar secos durante el día. Este proceso suele alargarse más en el tiempo, así que ten paciencia y nunca te enfades con tu hijo por los posibles “accidentes”.
Limita la ingesta de líquidos antes de acostarse para reducir la necesidad de ir al baño durante la noche. También te recomendamos colocar una luz nocturna en el baño para facilitar que el niño vaya al baño por la noche sin miedo. Y usa un protector de colchón para evitar que éste se empape en caso de escape de pis durante la noche. ¡Paciencia y verás como al final lo consigue!
Control de esfínteres Montessori: aproximación respetuosa y centrada en el Niño
El enfoque Montessori para el control de esfínteres se basa en los principios de la pedagogía Montessori, que aboga por un respeto profundo hacia la individualidad y el desarrollo natural de cada niño. María Montessori enfatizaba la importancia de seguir los ritmos biológicos y emocionales del niño, dándole libertad y autonomía para explorar esta fase crucial de la infancia.
Una de las diferencias con otros métodos es que nunca hay presiones ni castigos. Se enfoca en crear un ambiente propicio y en respetar el tiempo y ritmo individuales del niño. Aboga por un entorno preparado, por ejemplo, inodoros y lavabos a su altura para fomentar la independencia. Se basa también en animar al niño a expresar sus necesidades y a comunicar cuando siente la necesidad de ir al baño.
Por lo tanto, debes tener en cuenta que el control de esfínteres es diferente para cada niño y familia. Es esencial estar atentos a las señales de preparación, crear un entorno de apoyo y abordar desafíos con paciencia. ¿Nuestro consejo? Celebra cada pequeño logro y anímale en este emocionante proceso de su desarrollo.